Te rompieron, pero no te rompiste: cómo sanar una ruptura y empezar de nuevo
Cómo reconstruirte después de que te rompen (y salir más fuerte que antes)
⏳ Tiempo de lectura: 12 min 📅 Última actualización: 12/08/2025
💡 Recomendado: Si querés dar el próximo paso para sanar y recuperar tu poder personal, descubrí el libro “Dejalos: Soltá lo que no controlás y recuperá tu poder”. Incluye ejercicios prácticos y un diario de recuperación emocional.
📘 Conseguir el libroHay heridas que no se ven, pero pesan. Un mensaje que no llegó, una puerta que se cerró, una traición inesperada. No siempre el dolor viene con gritos o finales claros; muchas veces llega en silencio, a través de distancias, indiferencias o ausencias que duelen más que cualquier palabra.
Si estás leyendo esto, quizá te encontrás en ese momento donde todo parece roto. Sonreís por fuera, pero adentro sostenés pedazos. Y aunque te parezca que no, esa resistencia silenciosa ya es una forma de fuerza.
En este post vas a descubrir pasos reales para reconstruirte después de que la vida —o alguien— te rompa. No hay fórmulas mágicas ni frases de calendario. Hay caminos probados, experiencias reales y recordatorios para que sepas que todavía se puede. Que todavía podés.
No importa cuán roto sientas tu corazón hoy: siempre hay un nuevo comienzo esperando que lo mires. Y hoy, vamos a abrir esa puerta.
Entender que no estás roto, estás reconstruyéndote
Cuando algo se rompe adentro, es fácil etiquetarte como “dañado”, “insuficiente” o “irrecuperable”. Pero miralo así: lo que duele no es tu esencia, sino las expectativas, los vínculos o las historias que dejaron de encajar con quien sos hoy. No estás roto: estás en obra. Y una obra no es un fracaso; es una transición con sentido.
Esta perspectiva cambia todo. Si pensás “estoy roto”, tu mente busca pruebas para confirmarlo (sesgo de confirmación). Si pensás “me estoy reconstruyendo”, tu cerebro empieza a buscar recursos, personas y hábitos que te ayuden a avanzar. La pregunta deja de ser “¿por qué me pasó?” para convertirse en “¿qué versión de mí está naciendo a partir de esto?”
Señales de que ya empezaste a reconstruirte (aunque no te des cuenta)
- Seguís. Quizá llorás, te enojás o te aislás… pero seguís. La continuidad, por mínima que sea, es progreso.
- Te hacés preguntas nuevas. Cambiar la pregunta cambia el camino. Pasás del “¿por qué?” al “¿para qué?” y “¿cómo sigo?”
- Empezás a poner límites. La incomodidad de decir “no” es el costo sano de tu paz.
- Buscás sostén. Un libro, una conversación honesta, terapia, una rutina simple. Cualquier red cuenta.
Marco práctico: 4 capas de reconstrucción
- Capa emocional (sentir sin ahogarte): Permitite validar lo que sentís sin dramatizarlo. Técnica de 2 minutos: decí en voz baja “esto es tristeza/enojo/miedo en mi cuerpo ahora mismo” y respirá profundo 6 veces. Nombrar la emoción la desactiva un poco.
- Capa mental (reencuadre): Escribí una creencia dolorosa (“no fui suficiente”). Debajo, escribí 3 evidencias reales que la cuestionen (“me esforcé, aprendí, crecí”). El objetivo no es mentirte; es equilibrar la balanza.
- Capa conductual (microacciones): Elegí una acción de 10 minutos que mejore tu día: ordenar tu mesa, salir a caminar, hidratarte, preparar una comida simple. La reconstrucción no empieza con megadecisiones; empieza con lo que sí está bajo tu control hoy.
- Capa relacional (red de apoyo): Escribile a una persona confiable: “¿charlamos 10 minutos? solo necesito ser escuchado/a”. No pidas soluciones; pedí presencia.
Ejercicio “Piezas que valen la pena”
Tomá una hoja y dibujá un rompecabezas con 6–8 piezas. En cada pieza escribí algo que sí te sostiene: un valor (honestidad), un hábito (leer 10 min), una persona, un sueño concreto, una habilidad, un límite nuevo que estás practicando. Pegá esa hoja donde la veas a diario. Es tu mapa: no estás empezando desde cero, estás empezando desde experiencia.
Rutina de 7 días para estabilizarte
Día 1: Limpieza mínima (15 min) de tu espacio.
Día 2: Diario de 10 minutos: “Lo que siento es…, lo que necesito hoy es…”.
Día 3: Movimiento suave (20 min).
Día 4: Conversación puente (mensaje + llamada breve).
Día 5: Cita con vos: café/té sin pantallas, solo respirar y observar.
Día 6: Reencuadre por escrito de una creencia dura.
Día 7: Plan micro de la semana: 3 acciones chiquitas, medibles y realistas.
Qué evitar mientras te reconstruís
- Descalificar tus avances: “solo caminé 10 minutos”. Ese “solo” es veneno. Celebrá lo pequeño.
- Compararte en redes: estás midiendo tu detrás de cámaras con el highlight ajeno.
- Volver a lo que te apaga “por costumbre”: si te resta energía, es una cuota que no querés seguir pagando.
Cuando la motivación no aparece
La motivación muchas veces llega después de actuar, no antes. Usá la Regla del 1%: mejorá hoy un 1% en algo que te importe. Ese 1% compuesto es la base de una vida nueva. Si querés profundizar en hábitos que te sostienen, leé este post de la casa: hábitos del 1% que te harán destacar.
Inspiración real (antídoto contra el “no puedo”)
Las historias de resiliencia recuerdan que el camino existe. Mirá la historia de Matt Rife y cómo convirtió años de anonimato en un salto mundial. Cambió la narrativa, insistió, y afinó su voz. Vos también podés.
💗 Seguís en obra (y eso está bien): si querés una guía paso a paso con ejercicios y un diario de 7 días, explorá “Dejalos: Soltá lo que no controlás y recuperá tu poder”.
📘 Quiero empezar a soltarResumen accionable: nombrá tu emoción, reencuadrá una creencia, hacé una microacción de 10 minutos y pedí presencia a alguien de confianza. Eso no es “ser fuerte porque sí”; es construir fuerza entrenable. No necesitás tener todo resuelto para avanzar: necesitás dar el próximo paso.
Aceptar el dolor como parte del proceso
Uno de los errores más comunes al atravesar una ruptura emocional —ya sea de pareja, amistad, familia o un proyecto de vida— es intentar saltarse el dolor. Nos enseñaron a verlo como un enemigo, algo que hay que tapar, negar o anestesiar. Pero el dolor es un mensajero: no viene a destruirte, viene a mostrarte dónde está la herida para que puedas atenderla.
Negar el dolor es como silenciar una alarma de incendio sin apagar el fuego. Puede dar un alivio momentáneo, pero la herida sigue ahí, y tarde o temprano se hace oír de formas más intensas: ansiedad, insomnio, irritabilidad, apatía.
¿Por qué es tan importante permitirte sentir?
- Procesar en vez de reprimir: Lo que se reprime se queda. Lo que se procesa, se transforma.
- Autenticidad: No podés construir una nueva versión de vos sobre una base de emociones negadas.
- Salud física: El dolor emocional ignorado puede convertirse en dolor físico. Estrés, tensión muscular, problemas digestivos… tu cuerpo habla.
En lugar de evitar el dolor, el desafío es aprender a sentirlo sin que te arrastre. Esto se logra con técnicas simples y repetidas en el tiempo, como si entrenaras un músculo emocional.
3 técnicas para convivir con el dolor sin ahogarte
- Técnica del observador: Sentate en silencio, cerrá los ojos y repetí mentalmente: “Esto es tristeza (o enojo, o miedo) en mi cuerpo ahora”. Notá dónde se siente: ¿en el pecho, en la garganta, en el estómago? Describilo sin juicio. Este simple acto crea un espacio entre vos y la emoción.
- Respiración 4-6: Inhalá contando 4 segundos, exhalá contando 6. Esto activa tu sistema parasimpático y le da una señal clara a tu cuerpo: “Estamos a salvo”.
- Escritura de liberación: Tomá una hoja y escribí durante 5 minutos todo lo que sentís, sin filtros. No te preocupes por la ortografía ni por la coherencia. Luego, rompé la hoja o guardala en un lugar seguro. Este ejercicio descarga tensión mental y emocional.
La trampa de “estar bien rápido”
En la cultura de la inmediatez, se espera que “pases página” lo antes posible. Pero sanar no es lineal: hay días en los que sentís que avanzaste kilómetros y otros en los que te parece que retrocediste todo. Eso es normal. La reconstrucción emocional es más parecida a una espiral que a una línea recta.
Recordá: dolor no es debilidad
Sentir no te hace frágil. Lo que te debilita es vivir fingiendo que nada pasó. Tu capacidad de permitirte atravesar el dolor es, de hecho, una fortaleza invisible. Como dice uno de mis libros favoritos sobre resiliencia: “El coraje no siempre ruge; a veces es la voz suave al final del día que dice: mañana lo intentaré de nuevo”.
Mini-plan de 5 pasos para aceptar el dolor
- Reconocé: “Esto me dolió” (sin minimizar).
- Ubicá dónde lo sentís en el cuerpo.
- Elegí una técnica de calma (respiración, escritura, música).
- Compartilo con una persona segura (no para buscar soluciones, sino compañía).
- Registrá en un diario cómo cambia la intensidad de la emoción a lo largo de la semana.
Si querés profundizar en herramientas para gestionar emociones, podés leer este artículo de mi blog: cómo saber si tenés los registros emocionales abiertos, que aunque habla de espiritualidad, incluye ejercicios de conexión emocional aplicables aquí.
🌱 Sanar es un proceso: si querés un acompañamiento diario con ejercicios y reflexiones, explorá “Dejalos: Soltá lo que no controlás y recuperá tu poder”. Incluye un diario guiado de 7 días.
📘 Quiero empezar mi sanaciónEn resumen: aceptar el dolor no significa resignarte a él, sino reconocerlo como una etapa necesaria de tu reconstrucción. La emoción que hoy te incomoda, mañana puede ser el ladrillo con el que edifiques tu versión más fuerte.
Cortar con lo que te apaga
En toda reconstrucción personal llega un momento clave: decidir qué se queda y qué se va de tu vida. No es una decisión fácil, porque muchas de las cosas que nos apagan están disfrazadas de “normalidad” o “costumbre”: amistades que ya no son nutritivas, hábitos que drenan tu energía, entornos que te mantienen en piloto automático.
Seguir conectando con lo que te apaga es como intentar encender una lámpara con la batería descargada. No importa cuánto esfuerzo pongas: si la fuente de energía está agotada, no vas a brillar. La reconstrucción implica reconocer esas fugas y cerrarlas, aunque incomode.
Cómo identificar lo que te resta energía
- Personas: Cada vez que interactuás con ellas, te sentís más cansado/a o inseguro/a.
- Ambientes: Lugares que asocias con discusiones, ansiedad o recuerdos dolorosos.
- Hábitos: Acciones diarias que no aportan nada a tu bienestar, pero repetís por inercia (exceso de redes, comidas que te inflaman, consumo de noticias negativas).
- Proyectos: Compromisos que aceptaste por compromiso o miedo, pero no te representan.
Un ejercicio práctico es hacer una lista en dos columnas: en la izquierda, lo que te carga de energía; en la derecha, lo que te drena. Sé brutalmente honesto/a. A partir de ahí, decidí reducir, limitar o eliminar lo que está en la columna de “drena”.
Microacciones para cortar sin culpa
- Reducir contacto progresivamente: No hace falta desaparecer de un día para el otro. Podés ir espaciando interacciones.
- Reemplazar hábitos: Cambiar una hora en redes por 30 minutos de lectura, un paseo o una actividad creativa.
- Reconfigurar entornos: Mover muebles, cambiar iluminación, agregar plantas. El espacio físico impacta en tu energía.
- Decir “no” sin explicación larga: “Gracias por pensar en mí, pero no voy a poder” es suficiente.
La importancia del “vacío productivo”
Cuando cortás con algo que te apaga, es normal sentir un vacío. Ese espacio no es un error: es la oportunidad para llenarlo con algo que sí te nutra. El problema es que muchas personas, por incomodidad, vuelven a lo viejo para evitar ese vacío. No caigas en esa trampa. Usá ese tiempo y energía para explorar actividades, personas y entornos nuevos.
Ejemplo real
Marina, lectora del blog, compartió que después de 5 años en un trabajo que la drenaba, decidió renunciar. Pasó los primeros 20 días sintiendo ansiedad y preguntándose si había hecho bien. Sin embargo, ese vacío le permitió animarse a lanzar su emprendimiento de velas artesanales, algo que llevaba años posponiendo. Hoy, además de estar más tranquila, genera ingresos haciendo lo que le gusta.
⚡ Energía limpia, mente clara: Si querés aprender a soltar vínculos y hábitos que te frenan, descubrí “Dejalos: Soltá lo que no controlás y recuperá tu poder”, con ejercicios prácticos y un plan de 7 días.
📘 Quiero empezar a soltarResumen accionable: identificá qué personas, hábitos o entornos te apagan; reducí contacto de forma progresiva; aceptá el vacío que queda; y llenalo con lo que te carga de energía. Cortar no es perder: es recuperar tu capacidad de elegir.
Escribir para vaciarte por dentro
Cuando las emociones se acumulan, la mente se convierte en un cuarto cerrado lleno de cajas sin abrir. La escritura es la llave que te permite abrir esas cajas, mirar lo que hay adentro y decidir qué se queda y qué se va. No es necesario ser escritor, ni usar palabras “bonitas”: el objetivo no es publicar, sino liberar.
Varios estudios en psicología confirman que escribir sobre experiencias emocionales ayuda a reducir estrés, ansiedad y síntomas físicos. Al volcar lo que sentimos en papel, organizamos pensamientos, identificamos patrones y procesamos recuerdos que, de otro modo, se quedarían dando vueltas en la mente.
Beneficios de escribir tus emociones
- Claridad mental: Poner en palabras lo que pensás evita que tus ideas se mezclen y se repitan en bucle.
- Descarga emocional: El papel sostiene lo que a veces no podemos decir en voz alta.
- Autoconocimiento: Revisar lo que escribiste días o semanas después te permite ver cómo cambiaste.
- Prevención de reacciones impulsivas: Al escribir, ganás tiempo para procesar antes de actuar.
3 formatos de escritura terapéutica
- Diario libre: Escribí lo que sentís sin filtro. Podés empezar con frases como “Hoy me siento…” o “Lo que más me pesa es…”.
- Cartas que no enviarás: Escribí a personas, situaciones o incluso a tu yo del pasado, expresando lo que nunca dijiste. Luego decidí si romperla, guardarla o quemarla de forma simbólica.
- Listas conscientes: “10 cosas que me están drenando” y “10 cosas que me dan energía” para tomar decisiones claras.
Ejercicio: 7 días de escritura de liberación
Dedicate de 5 a 15 minutos diarios a escribir sobre:
- Día 1: Todo lo que te enoja.
- Día 2: Todo lo que te da miedo.
- Día 3: Todo lo que extrañás.
- Día 4: Todo lo que agradecés.
- Día 5: Todo lo que querés dejar atrás.
- Día 6: Todo lo que querés invitar a tu vida.
- Día 7: Un mensaje a tu yo del futuro.
Podés usar un cuaderno físico o un documento digital, pero lo ideal es hacerlo a mano: la escritura manual conecta más directamente con las áreas del cerebro relacionadas con la memoria y la emoción.
Cómo convertir la escritura en hábito
- Elegí un momento fijo del día (mañana o noche).
- Definí un lugar cómodo y tranquilo.
- No te juzgues por la “calidad” de lo que escribís.
- Usá siempre el mismo cuaderno para seguir tu evolución.
Recordá que escribir no es revivir, es procesar. No se trata de quedarse atrapado en el pasado, sino de sacarlo de tu mente para poder crear espacio para lo nuevo.
Enlaces relacionados
Si querés profundizar en hábitos que potencian tu bienestar emocional, te recomiendo leer 35 hábitos del 1% que te harán destacar. También podés visitar cómo cerrar ciclos y prepararte energéticamente.
✍ Diario guiado incluido: El libro “Dejalos: Soltá lo que no controlás y recuperá tu poder” trae un diario de 7 días con ejercicios de escritura terapéutica para acompañar tu proceso.
📘 Quiero mi diario de recuperaciónResumen accionable: elegí un formato de escritura (libre, cartas o listas), escribí sin filtros al menos 5 minutos al día y guardá o destruí el contenido según lo que necesites. Vaciarte por dentro no es debilidad: es el paso necesario para llenarte de lo que sí querés.
Hacerte preguntas que te devuelvan el rumbo
Cuando pasamos por un golpe emocional fuerte, es fácil quedarnos atrapados en preguntas sin salida como “¿por qué me pasó esto?” o “¿por qué a mí?”. El problema es que esas preguntas rara vez tienen una respuesta clara y suelen mantenernos en un ciclo de dolor y rumiación. La clave está en cambiar la calidad de las preguntas que nos hacemos, porque preguntas nuevas generan caminos nuevos.
En vez de buscar explicaciones que quizá nunca lleguen, podemos enfocar la energía en interrogantes que nos devuelvan poder, dirección y sentido. Este cambio no es solo mental: al formular preguntas diferentes, tu cerebro empieza a buscar respuestas creativas y soluciones posibles en lugar de pruebas para tu sufrimiento.
Ejemplos de reencuadre de preguntas
Pregunta que te estanca | Pregunta que te impulsa |
---|---|
¿Por qué me dejó? | ¿Qué puedo aprender de esta experiencia para mis relaciones futuras? |
¿Por qué me falló? | ¿Qué límites necesito reforzar para protegerme? |
¿Por qué no puedo superarlo? | ¿Qué microacciones puedo hacer hoy para sentirme un poco mejor? |
5 preguntas poderosas para reconstruirte
- ¿Qué necesito hoy para sentirme un 1% mejor?
- ¿Qué puedo agradecer, aunque sea mínimo, en este momento?
- ¿Qué persona o recurso puede ayudarme a dar el próximo paso?
- ¿Qué parte de esta experiencia puedo usar para fortalecerme?
- Si dentro de un año miro atrás, ¿qué me gustaría haber hecho ahora?
Estas preguntas cambian tu posición de espectador pasivo a protagonista activo de tu historia. Incluso si las respuestas no llegan de inmediato, abrir el espacio mental para ellas ya es un acto de reconstrucción.
Ejercicio: Diario de preguntas
Durante una semana, anotá al menos una pregunta poderosa cada mañana y respondela por la noche. No busques perfección: a veces la respuesta será corta, otras más extensa. Lo importante es entrenar tu mente a pensar en posibilidades en lugar de bloqueos.
El efecto “pregunta de oro”
La “pregunta de oro” es aquella que te sacude y te obliga a replantearte lo que dabas por sentado. Por ejemplo: “Si ya no tuviera miedo, ¿qué haría mañana mismo?”. Esta pregunta sola puede encender decisiones que llevabas años postergando.
Historias reales
Una lectora del blog, Carla, me contó que tras una ruptura se repetía “¿por qué no fui suficiente?”. Durante meses, esa pregunta la hundió. Un día, un amigo le dijo: “¿Y si la pregunta es cómo puedo ser suficiente para mí misma?”. Esa frase fue su punto de giro: empezó terapia, retomó el yoga y dejó de buscar validación externa.
🧭 Recuperá tu dirección: El libro “Dejalos: Soltá lo que no controlás y recuperá tu poder” incluye ejercicios de preguntas poderosas para guiarte hacia una vida más clara y con propósito.
📘 Quiero mis preguntas de poderResumen accionable: reemplazá preguntas que te dejan en el pasado por otras que te impulsen hacia adelante. Anotalas, respondelas y volvé a ellas cuando sientas que perdés el rumbo. Preguntar distinto es empezar a vivir distinto.
Elegir tu paz por encima de todo
En un mundo que aplaude la productividad constante, el “estar siempre disponible” y el responder a todo, elegir tu paz puede parecer un acto egoísta. Pero es todo lo contrario: es un acto de autocuidado radical. No se trata de huir de los problemas ni de vivir en una burbuja, sino de decidir conscientemente qué batallas vale la pena librar y cuáles no.
Tu paz interior es un recurso limitado. Cada vez que respondés a un comentario hiriente, que discutís por algo que no tiene solución o que te exponés a un entorno que drena tu energía, estás gastando esa reserva. Y si no la cuidás, tarde o temprano el agotamiento te pasará factura.
¿Qué significa elegir tu paz?
- No reaccionar a todo: Aprender que no toda provocación merece respuesta.
- Definir tus prioridades: Saber qué vale tu energía y qué no.
- Establecer límites claros: Proteger tu tiempo, tus emociones y tu espacio mental.
- Reducir el ruido: Menos redes sociales, menos noticias negativas, menos opiniones ajenas innecesarias.
Ejercicio: Mapa de paz
En una hoja, dibujá dos círculos:
- En el primero, escribí las cosas, personas y actividades que te dan paz.
- En el segundo, escribí lo que te la quita.
Tu objetivo en las próximas semanas es ampliar el primer círculo y achicar el segundo. Esto no siempre significa cortar drásticamente: a veces basta con limitar la frecuencia o cambiar la forma en que te relacionás con ciertas personas o situaciones.
El costo de no elegir tu paz
Ignorar tu necesidad de calma puede llevarte a estrés crónico, problemas de sueño, ansiedad y, en muchos casos, enfermedades físicas. La mente y el cuerpo están profundamente conectados: un estado emocional agitado de forma constante debilita tu sistema inmunológico y tu capacidad de tomar decisiones.
Mini plan semanal para priorizar tu paz
- Lunes: Empezá el día con 5 minutos de respiración o meditación guiada.
- Martes: Decí “no” a una invitación o tarea que no te entusiasme.
- Miércoles: Apagá el celular 1 hora antes de dormir.
- Jueves: Salí a caminar sin auriculares y sin prisa.
- Viernes: Anotá tres cosas que te dieron calma en la semana.
- Sábado: Pasá tiempo con alguien que te transmita tranquilidad.
- Domingo: Prepará un espacio de tu casa para que sea tu “zona de paz”.
Ejemplo real
Pedro, un lector, trabajaba en un entorno muy competitivo y absorbente. Decidió poner un límite simple: no responder mensajes laborales después de las 19:00. Al principio sintió culpa, pero en pocas semanas notó que dormía mejor y disfrutaba más de su tiempo libre. “Recuperé mis noches y mi salud mental”, me dijo en un correo.
Enlaces internos para seguir construyendo paz
Te recomiendo leer también: Cómo cerrar ciclos y prepararte energéticamente y No te estás quedando atrás, estás entrenando en silencio.
☀ Tu paz es prioridad: El libro “Dejalos: Soltá lo que no controlás y recuperá tu poder” incluye ejercicios y visualizaciones para aprender a soltar lo que altera tu calma y enfocarte en lo que sí importa.
📘 Quiero recuperar mi pazResumen accionable: hacé un mapa de lo que te da y te quita paz, poné límites claros, reducí el ruido y practicá un mini plan semanal para entrenar tu calma. Tu paz no es negociable: es el cimiento sobre el que vas a construir tu nueva vida.
Rodearte de personas que suman
En cualquier proceso de reconstrucción personal, las personas que te rodean juegan un papel enorme. Podés tener la mejor intención y las herramientas más útiles, pero si tu entorno inmediato está lleno de energía negativa, críticas constantes o falta de apoyo, tu avance se vuelve mucho más lento. La gente que te rodea es como el clima emocional de tu vida: puede nutrirte o drenarte.
Cuando atravesás una etapa de sanación, es vital rodearte de quienes suman: personas que creen en vos, que respetan tus tiempos y que no intentan minimizar lo que sentís. No se trata de que siempre te digan lo que querés escuchar, sino de que su presencia sea un impulso, no un freno.
Cómo identificar a las personas que suman
- Te escuchan sin interrumpir: No buscan “arreglarte” de inmediato, sino entenderte.
- Respetan tus límites: No se ofenden si necesitás espacio o decís que no.
- Celebran tus avances: Aunque sean pequeños, los reconocen contigo.
- Te inspiran a mejorar: Su forma de vivir te motiva a seguir creciendo.
Ejercicio: Auditoría de vínculos
- Hacé una lista de las personas con las que más tiempo pasás.
- Marcá con un “+” a quienes te hacen sentir mejor después de verlas y con un “-” a quienes te dejan agotado/a.
- Tomá nota de cuántas interacciones positivas y negativas tenés en la semana.
- Decidí aumentar el contacto con las personas “+” y reducir, limitar o poner límites claros a las “-”.
Cómo atraer más personas que suman
- Participá en actividades o grupos que te interesen (clases, talleres, comunidades online).
- Ofrecé ayuda o apoyo sincero sin esperar algo a cambio: la reciprocidad suele llegar.
- Compartí tus intereses y valores: así atraerás gente alineada con vos.
Ejemplo real
Lucas, un lector, me contó que su recuperación emocional se aceleró cuando empezó a pasar más tiempo con un grupo de amigos que compartían su pasión por la fotografía. “No hablábamos todo el tiempo de mi problema, pero estar con ellos me recordaba que la vida tenía cosas hermosas fuera de mi dolor”, dijo. Ese simple cambio en su entorno le devolvió motivación.
Importante: no se trata de cantidad
No necesitás un gran círculo social para sanar. De hecho, unas pocas personas de calidad valen más que docenas de vínculos superficiales. Lo esencial es que haya confianza, respeto y apoyo genuino.
Enlaces internos recomendados
Si querés profundizar en cómo crear relaciones que te impulsen, te recomiendo leer No te estás quedando atrás, estás entrenando en silencio y Cómo dejar de pasar desapercibido.
💬 Tu red es tu fuerza: En el libro “Dejalos: Soltá lo que no controlás y recuperá tu poder” encontrarás ejercicios para evaluar y fortalecer tu círculo de apoyo.
📘 Quiero fortalecer mi círculoResumen accionable: identificá quiénes suman y quiénes restan en tu vida, aumentá el tiempo con los primeros y reducilo con los segundos. No busques cantidad, buscá calidad: un buen entorno acelera tu recuperación más que cualquier técnica aislada.
Crear rutinas que te sostengan emocionalmente
Cuando todo parece derrumbarse, una rutina es como una cuerda que te ayuda a trepar de nuevo. No importa si sentís que no tenés energía para grandes cambios: una rutina mínima pero estable puede ser el ancla que evita que te pierdas en el caos emocional.
La rutina no tiene que ser rígida ni perfecta. Tampoco se trata de llenar cada minuto del día. El objetivo es construir un esqueleto básico que te dé estructura, reduzca la incertidumbre y te recuerde que hay cosas que sí podés controlar.
Beneficios de una rutina en la reconstrucción emocional
- Reduce la ansiedad: Saber qué viene después disminuye la sensación de descontrol.
- Protege tu energía: Evitás gastar fuerza mental en decidir constantemente qué hacer.
- Crea sensación de avance: Cumplir pequeñas acciones diarias fortalece la confianza.
Componentes clave de una rutina que sostiene
- Movimiento diario: No tiene que ser ejercicio intenso; una caminata o estiramiento suave sirve.
- Tiempo de silencio: 5-10 minutos para meditar, respirar o simplemente estar presente.
- Nutrición consciente: Comer al menos una comida nutritiva al día, planificada de antemano.
- Higiene del sueño: Horario fijo para dormir y despertar, sin pantallas antes de acostarte.
- Espacio para algo que ames: Leer, dibujar, escuchar música… algo que te recargue emocionalmente.
Ejemplo de rutina mínima (30 minutos al día)
- 10 minutos de movimiento.
- 10 minutos de escritura libre o lectura motivadora.
- 10 minutos de meditación o respiración consciente.
Este esquema básico es suficiente para notar cambios en tu estado de ánimo en menos de dos semanas.
Ejercicio: “Rutina de emergencia”
Diseñá una versión reducida de tu rutina para los días en los que no tengas energía. Incluí 2-3 actividades cortas que puedas hacer sin importar cómo te sientas. La clave es no romper el hilo de autocuidado, aunque sea en su mínima expresión.
Ejemplo real
Valeria, lectora del blog, pasó por un duelo muy difícil y lo único que mantenía era su “rutina de emergencia”: levantarse, abrir la ventana para que entre luz natural y tomar un vaso de agua con limón. “Eran pasos pequeños, pero me recordaban que todavía podía elegir algo bueno para mí”, contó.
Enlaces internos recomendados
Podés complementar este punto con el artículo 35 hábitos del 1% que te harán destacar y No te estás quedando atrás, estás entrenando en silencio.
🗓 Construí tu base: En el libro “Dejalos: Soltá lo que no controlás y recuperá tu poder” encontrarás plantillas para crear tu propia rutina emocional y ejercicios para sostenerla.
📘 Quiero mi plan de rutinaResumen accionable: creá una rutina mínima con movimiento, silencio, nutrición y algo que ames. Tené siempre una versión reducida para días difíciles. La constancia, no la intensidad, es lo que reconstruye.
Cuidar tu cuerpo para sanar tu mente
Cuando pasamos por una etapa de dolor emocional, es fácil descuidar el cuerpo: dormir mal, alimentarse de forma irregular, dejar de moverse. Pero tu cuerpo y tu mente están profundamente conectados, y cuidar de uno es cuidar del otro. No se trata de “ponerte en forma” para cumplir un estándar estético, sino de darle a tu organismo las condiciones que necesita para ayudarte a sanar.
El cuerpo es el vehículo que sostiene todo tu proceso emocional. Si lo debilitás con malos hábitos, las emociones difíciles se sienten más pesadas. En cambio, cuando lo nutrís y lo movés, tu energía aumenta y tu capacidad de enfrentar el dolor mejora.
3 áreas clave para empezar hoy
- Sueño reparador: El descanso es el momento en que el cerebro procesa emociones y memorias. Intentá dormir entre 7 y 9 horas, en horarios regulares. Reducí la exposición a pantallas al menos 30 minutos antes de acostarte.
- Alimentación consciente: No es cuestión de dietas extremas, sino de priorizar comidas que te den energía real: frutas, verduras, proteínas magras y agua suficiente. Evitá el exceso de cafeína, alcohol o azúcares que pueden alterar tu ánimo.
- Movimiento diario: Una caminata de 15 minutos, estiramientos o ejercicios suaves mejoran tu circulación, liberan endorfinas y reducen la tensión física acumulada por el estrés.
Ejercicio práctico: “Check-in corporal”
Una vez al día, dedicá 3 minutos a preguntarte:
- ¿Tengo sed o hambre real?
- ¿Qué parte de mi cuerpo se siente tensa?
- ¿Podría moverme 5 minutos para activar mi energía?
Este pequeño hábito crea conexión con tus necesidades físicas y evita que el agotamiento se acumule.
Mini plan de autocuidado semanal
- Lunes: Desayuno nutritivo y sin pantallas durante los primeros 20 minutos del día.
- Martes: Caminar al aire libre 15 minutos.
- Miércoles: Beber al menos 2 litros de agua.
- Jueves: Estiramientos antes de dormir.
- Viernes: Cena ligera y descanso temprano.
- Sábado: Preparar una comida casera saludable.
- Domingo: Sesión de relajación guiada o yoga suave.
Ejemplo real
Ana, lectora del blog, me contó que después de una separación dejó de comer bien y pasaba noches en vela. Cuando empezó a priorizar un horario fijo de sueño y una caminata diaria, notó que su ánimo mejoraba y podía manejar mejor los recuerdos dolorosos. “Sentía que mi cuerpo era un aliado, no un peso”, dijo.
Enlaces internos recomendados
Te recomiendo leer 35 hábitos del 1% que te harán destacar.
💪 Reconstrucción integral: En el libro “Dejalos: Soltá lo que no controlás y recuperá tu poder” encontrarás rutinas sencillas y hábitos corporales que mejoran tu bienestar emocional.
📘 Quiero cuidar mi cuerpo y mi menteResumen accionable: cuidá tu sueño, tu alimentación y tu movimiento diario. Un cuerpo nutrido y descansado es la base para que tu mente pueda sanar con más fuerza y claridad.
Reconectar con lo que amabas hacer
En medio del dolor, es común olvidarnos de las cosas que alguna vez nos hacían sentir vivos. Es como si el peso emocional apagara las ganas de disfrutar y nos desconectara de pasiones, hobbies y actividades que antes nos llenaban. Reconectar con lo que amabas hacer es una de las formas más rápidas y efectivas de recuperar pedacitos de vos.
No se trata de forzarte a “ser feliz” de un día para el otro, sino de permitirte, poco a poco, reintroducir esos momentos que te daban alegría o calma. Aunque al principio no sientas lo mismo, la repetición y la apertura pueden volver a encender esa chispa.
Por qué es importante reconectar
- Recuperás identidad: Recordás quién eras más allá del dolor.
- Generás momentos de placer: Tu cerebro empieza a asociar tu vida con experiencias positivas, no solo con la herida.
- Reactivás motivación: La energía que generan estas actividades se traslada a otras áreas de tu vida.
Ejercicio práctico: Lista de “Alegrías en pausa”
- Escribí una lista de al menos 10 actividades que antes te gustaban (pueden ser muy simples).
- Marcá con un ✔ las que todavía podés hacer hoy mismo o esta semana.
- Elegí una y comprometete a retomarla, aunque sea por 10 minutos.
Ejemplos de “alegrías en pausa”:
- Escuchar música que amabas en la adolescencia.
- Pintar, dibujar o escribir sin objetivo específico.
- Salir a caminar por un lugar con naturaleza.
- Preparar una receta que te recuerde buenos momentos.
- Jugar a un deporte o actividad física que disfrutabas.
Cómo hacerlo si no tenés energía
Podés empezar con una “versión mini” de la actividad. Si te gustaba viajar, mirá documentales de lugares que querés visitar. Si amabas leer, retomá con microlecturas de 5 minutos. La idea es que tu cerebro vuelva a experimentar placer sin sentirse abrumado.
Ejemplo real
Sofía, lectora del blog, atravesó un duelo muy duro y había dejado la fotografía, su gran pasión. Un día decidió salir solo con su celular y fotografiar flores en su barrio. “Fue como volver a respirar después de mucho tiempo”, me dijo. Hoy, no solo retomó la fotografía, sino que empezó a vender sus imágenes online.
Enlaces internos recomendados
Si querés más ideas para reactivar tus pasiones, leé No te estás quedando atrás y Hábitos del 1% que te harán destacar.
🎯 Volvé a vos: El libro “Dejalos: Soltá lo que no controlás y recuperá tu poder” incluye ejercicios para reconectar con pasiones olvidadas y recuperar motivación.
📘 Quiero reconectar conmigoResumen accionable: hacé una lista de actividades que antes te daban alegría, retomá al menos una en versión reducida y repetila cada semana. No busques que se sienta igual que antes: dale tiempo a la chispa para volver a encenderse.
Aprender a poner límites sin culpa
Decir “no” puede ser incómodo, pero decir “sí” cuando querés decir “no” es un acto de autoabandono. Poner límites no te hace egoísta: te hace consciente de tu valor. Los límites son barreras sanas que protegen tu energía, tu tiempo y tu bienestar emocional.
En los momentos de reconstrucción personal, esta habilidad es clave, porque es muy fácil volver a caer en dinámicas que te lastimaron si no sabés dónde terminás vos y empieza el otro. Y aunque al principio sientas culpa, con práctica vas a descubrir que cada límite es un acto de amor propio.
Por qué nos cuesta tanto poner límites
- Miedo al rechazo: Pensamos que si decimos “no”, la otra persona se alejará.
- Cultura de complacencia: Creer que “ser bueno” es complacer siempre.
- Baja autoestima: No sentir que tenemos derecho a priorizarnos.
Tipos de límites que podés establecer
- Físicos: Espacio personal, contacto físico no deseado.
- Emocionales: No escuchar críticas destructivas o comentarios tóxicos.
- De tiempo: Proteger horarios de descanso y actividades importantes.
- Digitales: No responder mensajes fuera de cierto horario o bloquear contenido que te afecte.
Ejercicio: Mapa de límites
- Hacé una lista de las situaciones que más te incomodan o drenan.
- Al lado, escribí una frase corta que podrías usar para poner un límite.
- Practicá esa frase en voz alta para que salga natural cuando lo necesites.
Ejemplos de frases simples y efectivas:
- “Gracias por invitarme, pero no voy a poder.”
- “No quiero hablar de este tema.”
- “Prefiero no responder a ese tipo de comentarios.”
Cómo manejar la culpa
Recordá que la culpa muchas veces es solo una señal de que estás rompiendo un hábito viejo de complacencia. No significa que estés haciendo algo malo. Con el tiempo, tu mente entenderá que protegerte es natural.
Ejemplo real
Mariela, lectora del blog, solía aceptar cualquier pedido de su familia, incluso cuando estaba agotada. Al aprender a decir “hoy no puedo, pero te ayudo mañana”, notó que su energía aumentó y sus relaciones mejoraron porque ya no actuaba desde el resentimiento.
Enlaces internos recomendados
Te puede servir complementar con Cómo cerrar ciclos y prepararte para lo que viene y No te estás quedando atrás.
🚪 Protegé tu energía: El libro “Dejalos: Soltá lo que no controlás y recuperá tu poder” trae guías y ejemplos para poner límites claros sin sentir culpa.
📘 Quiero aprender a decir NOResumen accionable: identificá las situaciones que requieren un límite, practicá frases cortas para expresarlo y recordá que priorizarte es un derecho, no una falta.
Perdonarte por lo que no sabías antes
Una de las cargas más pesadas que llevamos después de una ruptura o un golpe emocional es la culpa. Nos reprochamos no haber visto las señales, haber confiado demasiado, haber tolerado lo que hoy no aceptaríamos. Pero no podés culparte por lo que no sabías en ese momento.
En aquel entonces, tomaste decisiones con la información, la madurez y las herramientas que tenías. Juzgarte con la mirada de tu yo actual es injusto: ahora sabés más, pero eso es gracias a lo que viviste. El error, la ingenuidad o la entrega excesiva también fueron parte de tu aprendizaje.
Por qué es tan difícil perdonarnos
- Exigencia personal alta: Creer que “deberíamos haber sabido” o “podríamos haber hecho más”.
- Comparación con otros: Pensar que “alguien en mi lugar lo hubiera hecho mejor”.
- Repetición mental: Revivir escenas una y otra vez esperando que cambien.
Ejercicio: Carta de autocompasión
- Escribí una carta a tu yo del pasado, explicándole que hiciste lo mejor que pudiste.
- Usá un tono amable, como si se la escribieras a un amigo que querés mucho.
- Leé la carta en voz alta y guardala en un lugar especial.
Este ejercicio ayuda a cambiar el diálogo interno crítico por uno más compasivo, y te recuerda que hoy sos una versión más fuerte y consciente.
El poder de resignificar
No se trata de borrar lo que pasó, sino de reinterpretarlo. En vez de “fui tonto/a por confiar”, podés decir “elegí confiar porque valoro la confianza como principio”. Esa diferencia cambia cómo te sentís con tu pasado.
Ejemplo real
Claudio, lector del blog, se culpaba por haber invertido en un negocio que fracasó. Durante años pensó que fue “el peor error de su vida”. Un día, su terapeuta le dijo: “¿Y si fue la universidad que te dio las lecciones para tu próximo éxito?”. Con ese cambio de perspectiva, Claudio se animó a emprender de nuevo, esta vez con más experiencia y mejores resultados.
Cómo saber si ya te perdonaste
- Podés hablar del pasado sin sentir un nudo en el estómago.
- Usás palabras más amables cuando recordás lo ocurrido.
- Sentís gratitud por las lecciones, aunque haya dolor.
Enlaces internos recomendados
Podés leer también Cosas que aprendí después de tocar fondo y No te estás quedando atrás.
💙 Soltar la culpa: En el libro “Dejalos: Soltá lo que no controlás y recuperá tu poder” encontrarás ejercicios para perdonarte, resignificar tu historia y recuperar tu autoestima.
📘 Quiero aprender a perdonarmeResumen accionable: dejá de juzgarte con la mirada del presente, escribí una carta de autocompasión y practicá resignificar lo ocurrido. Tu valor no se mide por los errores que cometiste, sino por lo que hiciste después.
Transformar el dolor en propósito
El dolor es una fuerza poderosa. Puede dejarte atrapado o puede convertirse en el motor que impulse tus próximos pasos. Transformar el dolor en propósito no significa romantizar lo que te lastimó, sino decidir que esa experiencia va a servir para algo más grande que tu sufrimiento.
Muchas de las historias más inspiradoras nacen de una herida. Personas que pasaron por pérdidas, fracasos o traiciones y que, en lugar de quedarse en el papel de víctima, encontraron un significado y un camino nuevo a partir de lo vivido. No se trata de “agradecer el dolor” sino de reconocer que, ya que ocurrió, podés usarlo como combustible.
Pasos para convertir tu dolor en propósito
- Reconocé tu historia: No la niegues ni la edulcores. Aceptá lo que pasó con honestidad.
- Identificá la lección: Preguntate qué aprendiste sobre vos, sobre otros y sobre la vida.
- Buscá un puente: ¿Cómo podés usar lo aprendido para ayudar, inspirar o crear algo?
- Actuá en pequeño: No hace falta cambiar el mundo entero; empezar por una persona o un proyecto es suficiente.
Ejercicio: El diario del propósito
Durante una semana, escribí cada día:
- Una situación dolorosa que viviste.
- La lección que te dejó.
- Una forma pequeña en que podrías usar esa lección hoy para ayudar a alguien o a vos mismo/a.
Ejemplo real
Martín perdió a un ser querido y, durante meses, se sintió perdido. Con el tiempo, empezó a colaborar en un grupo de apoyo para personas en duelo. Descubrió que escuchar y acompañar a otros le daba sentido y transformaba su propio dolor en algo útil. “No curó la herida, pero me dio un motivo para levantarme cada día”, me dijo.
Importante: no apresures el proceso
No todos los dolores se transforman en propósito de inmediato. A veces, el primer paso es simplemente sobrevivir. Y eso también cuenta. Con el tiempo, cuando tengas más claridad y energía, podrás mirar hacia atrás y decidir qué querés hacer con esa experiencia.
Enlaces internos recomendados
Si querés profundizar en cómo dar un nuevo sentido a tu vida, te recomiendo leer Cosas que aprendí después de tocar fondo y No es tarde para empezar de nuevo.
🔥 Canalizá tu fuerza: En el libro “Dejalos: Soltá lo que no controlás y recuperá tu poder” encontrarás ejercicios y ejemplos para convertir experiencias dolorosas en acciones con sentido.
📘 Quiero transformar mi dolorResumen accionable: reconocé tu historia, identificá las lecciones, buscá un puente para aplicarlas y actuá en pequeño. El dolor no define tu vida: la forma en que lo usás, sí.
Celebrar tus pequeñas victorias
En un proceso de reconstrucción emocional, es común subestimar los avances. Nos enfocamos tanto en lo que falta que olvidamos todo lo que ya logramos. Celebrar las pequeñas victorias no es conformismo: es reconocer que cada paso cuenta.
Cuando celebrás lo pequeño, tu cerebro libera dopamina, el neurotransmisor de la motivación. Esto refuerza el hábito de seguir avanzando, incluso en los días difíciles. Y aunque parezca insignificante, este refuerzo positivo puede marcar la diferencia entre rendirte y continuar.
Qué cuenta como una “pequeña victoria”
- Haber salido de la cama en un día de bajón.
- Decir “no” a algo que no querías hacer.
- Hacer una comida saludable en medio del caos.
- Enviar un mensaje pidiendo apoyo.
- Retomar una actividad que habías dejado.
Ejercicio: Diario de logros
- Al final de cada día, escribí tres cosas que lograste, por pequeñas que parezcan.
- Podés incluir avances emocionales, físicos o sociales.
- Releé tu lista cada domingo para ver todo lo que acumulaste.
Este ejercicio te ayuda a entrenar el enfoque en el progreso en lugar de la falta.
Mini rituales para celebrar
- Tomar una taza de tu bebida favorita mientras agradecés por tu avance.
- Compartir tu logro con alguien de confianza.
- Marcarlo en un calendario visual para verlo crecer con el tiempo.
Ejemplo real
Lucía, lectora del blog, estaba saliendo de una etapa de depresión. Su primera “victoria” fue ducharse y vestirse un día en el que no tenía ganas de nada. Lo anotó en su diario y, con el tiempo, esas pequeñas acciones se sumaron hasta que pudo volver a trabajar. “Me di cuenta de que no estaba tan estancada como creía”, me dijo.
Por qué funciona
El cerebro interpreta los logros como señales de capacidad y control. Al reforzar estas señales, fortalecés tu autoconfianza y creás un efecto acumulativo: cada victoria hace más probable la siguiente.
Enlaces internos recomendados
Podés complementar este hábito con Hábitos del 1% que te harán destacar y No te estás quedando atrás.
🌟 Reconocé tu progreso: En el libro “Dejalos: Soltá lo que no controlás y recuperá tu poder” encontrarás ejercicios para registrar y celebrar tus avances, por pequeños que sean.
📘 Quiero empezar a celebrarmeResumen accionable: registrá tres logros diarios, celebralos con un mini ritual y revisalos semanalmente. El reconocimiento constante mantiene viva tu motivación.
Construir una nueva versión de vos
Llegar hasta aquí no es casualidad. Todo lo que atravesaste —el dolor, las caídas, las pequeñas victorias— te preparó para algo más grande: crear la versión de vos que querés ser a partir de ahora. No se trata de “volver a ser quien eras antes”, sino de construirte con lo mejor de tu pasado y lo aprendido en este proceso.
La reconstrucción final no es un destino fijo, sino un camino de evolución continua. Es elegir, cada día, los hábitos, las relaciones y las creencias que están alineadas con la vida que querés vivir. Y sí: vas a seguir teniendo tropiezos, pero ahora contás con herramientas y conciencia que antes no tenías.
Pilares para tu nueva versión
- Identidad: Definí quién querés ser y cómo querés que te recuerden.
- Hábitos: Incorporá rutinas que te acerquen a tu visión, no que te alejen.
- Entorno: Rodeate de personas, lugares y estímulos que te impulsen.
- Propósito: Mantené vivo el “para qué” de tus acciones.
Ejercicio: Vision Board emocional
Creá un tablero (físico o digital) con imágenes, frases y recordatorios de la persona que estás construyendo. Incluí:
- Palabras que describan tus valores.
- Fotos que te inspiren calma y motivación.
- Objetivos a corto y largo plazo.
Colocalo en un lugar visible para recordarte, cada día, hacia dónde vas.
Ejemplo real
Diego, lector del blog, decidió que su nueva versión sería alguien que valorara su tiempo libre tanto como su trabajo. Implementó un horario fijo de cierre laboral, retomó la pintura y empezó a ahorrar para viajar una vez al año. “No volví a ser quien era antes, y eso es lo mejor que me pasó”, me dijo.
Cómo mantener tu nueva versión
- Revisá tus objetivos cada mes y ajustalos si es necesario.
- Celebrá los avances, por pequeños que sean.
- No te castigues si un día volvés a viejos hábitos: retomá sin culpa.
Enlaces internos recomendados
Para sostener este cambio, te sugiero leer Hábitos del 1% que te harán destacar y Cosas que aprendí después de tocar fondo.
🚀 Empezá tu reconstrucción hoy
No importa dónde estés ahora: podés crear una versión de vos más fuerte, más libre y más en paz. “Dejalos: Soltá lo que no controlás y recuperá tu poder” es la guía que te acompaña en cada paso, con ejercicios prácticos y un diario de recuperación emocional.
✅ Acceso inmediato – Garantía de satisfacción – Bonus descargable incluido
📘 Quiero mi nueva versiónResumen accionable: definí tu identidad, construí hábitos alineados, fortalecé tu entorno y mantené vivo tu propósito. Esta nueva versión no es una meta lejana: empieza hoy, con cada decisión que tomes.
Conclusión: No te rompiste, te reconstruiste
Si llegaste hasta acá, es porque una parte de vos se negó a rendirse. Y eso es más poderoso de lo que creés. Las heridas no son señales de debilidad, son pruebas de que sobreviviste. Cada paso que diste —por pequeño que parezca— es parte de la nueva historia que estás escribiendo.
No importa cuánto duela hoy: no vas a ser la misma persona que empezó este camino. Vas a ser más fuerte, más consciente y más fiel a vos mismo/a. No te apures, no te compares. Andá a tu ritmo, pero seguí. Porque el mundo necesita la versión de vos que está naciendo.
🚀 Tu reconstrucción empieza ahora
Dejalos: Soltá lo que no controlás y recuperá tu poder es mucho más que un libro: es un acompañamiento paso a paso para sanar, soltar y volver a vos. Incluye ejercicios prácticos, visualizaciones y un diario de recuperación emocional de 7 días.
- ✅ Acceso inmediato
- ✅ Garantía de satisfacción
- ✅ Bonus descargable incluido
🎁 Bonus gratuito: Descargá el PDF “15 Preguntas para Soltar, Sanar y Volver a Vos” y empezá hoy tu proceso de reconstrucción emocional.
📥 Descargar gratis¿Te gustó el contenido? Si te aportó valor, podés invitarme un café y ayudarme a seguir creando más. 🙌 Gracias por estar del otro lado.
Comentarios reales
“Con Hábitos del 1% aprendí a organizar mi día. Ahora siento que avanzo en serio.”
“El libro Tu Primer Negocio con IA me sirvió para lanzar un servicio freelance en 3 días.”
“IA Oculta es práctico y directo, ideal para empezar sin mostrar la cara.”
“El libro de Registros Akáshicos me dio claridad y paz. Muy recomendable.”
“Con Después de los 45 me animé a reinventarme. Sentí que alguien hablaba mi idioma.”
“Práctico y realista, nada de humo. Me encantó El Método DAVIDS.”